Como siempre, cerquita nuestro, Angie nos manda su aporte para la Semana de las Artes desde su querido Santiago de Compostela:
Aquì va mi aporte, por si suma...
Descubrì el tango como una forma de baile, y desde ese momento fue mi manera de comunicarme, mi antìdoto contra la soledad, mi trabajo, mi mucho...
A veces lo asociamos con "algo de viejos", "algo que ya fue", pero existe un lugar de tango hecho a la medida de cada uno. Tango under, tango nuevo, tango gay, tango tradicional, tango fusiòn...
Tenìa 20 años (hace mucho) y surgiò la oportunidad de viajar al exterior con mi grupo de baile PERO tenìamos que representar a Argentina y, por lo tanto, bailar tango sì o si. Era un desafìo importante pero deseàbamos viajar, asì que pusimos manos y cuerpo a la obra y comenzamos a aprender. Tenìamos poco tiempo y el tango es una danza un pelìn compleja asì que le metimos duro todos los dìas durante 6 meses y finalmente lo logramos. Pude viajar y bailar tango, una experiencia maravillosa subir al escenario representando a Argentina en otro paìs, un orgullo enorme, pero tambièn un gran asombro: fuera de nuestro territorio la gente AMA el tango, lo admiran, lo conocen, lo respetan, nos identifican con èl...
Asì comenzò mi camino tanguero, un camino que no tiene retorno, como digo siempre. Conocì lugares impensados para mì, huequitos de Buenos Aires que no sabìa que existìan: sòtanos, salones de baile, milongas clandestinas, bares con lucesitas de colores... gente de todas las edades, hombres y mujeres sabios con historia vivida abiertos al abrazo; porque el tango es eso, caminar juntos, abrazados. Y el abrazo no es poco, el contacto con el otro dice mucho de nosotros como cultura, somos gente que abraza, que tiende la mano, que contiene, gente de cariño, con ganas de acercarse...
Pasè por momentos de fanatismo, cuando iba a todos lados con mis zapatos de baile en la cartera "por si acaso"; momentos de cansancio, de hartazgo; y luego, otra vez a bailar...y a agradecer esos abrazos musicales cuando nadie màs me los daba...
El tango me dio amigos, amores, alegrìa, momentos enoormes de felicidad, disfrute, y ahora: trabajo y el orgullo de ser argentino en otro paìs.
Ayer, sin ir màs lejos, fui a un concierto de Tango en honor a Astor Piazzola. El teatro estaba lleno y la gente aplaudìa de pie y yo, mucho màs que otras veces, mucho màs que con mi mate, que con el dulce de leche, que con los olores, extrañè "mi Buenos Aires querido".
El tango es "un sentimiento que se baila", pero tambièn es poesìa y mùsica. Ojalà puedan descubrirlo y descubrirse en el tango...
Ah! Una cosa màs, que siempre pensè cuando iba a las milongas a bailar: el tango nos iguala. Cuando vas a bailar lo importante es eso, bailar. Nadie te pregunta de donde sos, en que trabajas, si tenès dinero o no, simplemente te abraza y a bailar. Eso es lo primero y lo màs importante. Podès estar mucho tiempo bailando con alguien del que no sabès nada. El palabrerìo con el que llenamos los silencios, si llega, viene despuès.
Un abrazo tanguero,
Marìa Angeles