Hay una teoría y una conclusión bastante elaborada y comprobada sobre el bien pensar. En el día a día de la vida, casi constantemente, como atajando pollitos, nos encontramos con situaciones adversas y con respuestas que no queremos escuchar.
“Ay, Fernandito, se me acabaron los Mu Mu de dulce de leche”, me decía Esperanza, la mujer de Alfredo, dos gallegos que atendían en el almacén de la esquina de la casa de mi infancia. Inmediatamente pensaba que era mentira, que era mi madre la que había llamado a Esperanza para decirle que no me diera los Mu Mu, porque se me picaban los dientes. Pensaba mal.
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Muy lúcido y cierto lo que comenta Fernando Peña, que más allá de las excentricidades y su modo particular de vivir su vida, demostró en repetidas ocasiones su reflexividad...me quedó con dos conceptos finales de su nota: tener Fe y confianza en el otro, y también seguir el camino más difícil, que como tan bien expresa en su canción Andrés Calamaro ("El Salmón"): ...siempre seguí la misma dirección, la difícil, la que sigue el salmón..
ResponderEliminarSaludos
Fabián Cudeiro
Muy lúcido el texto de Fernando Peña, quien más allá de las excentricidades en la forma de vivir su vida, demostró en reiteradas ocasiones ser muy reflexivo...me quedo con dos conceptos del final de su nota: tener FE y CONFIANZA en el otro, y tomar el camino más difícil, que como expresa en su canción Andrés Calamaro "...siempre seguí la misma dirección, la difícil, la que sigue el salmón..."
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Fabián Cudeiro